Cuando yo sea President de Cataluña
Devolveré la competencia de educación al gobierno central exigiendo, entre otras cosas, impartir en las aulas la historia verdadera de Cataluña y España.
En cuanto a la normalización lingüística, en los colegios se aprenderá el catalán pero se dará prioridad al castellano: El castellano será el idioma imprescindible para el mundo laboral y de la administración. Conocer y saber el catalán será un mérito. En este tema coincido con el académico vasco Miguel de Unamuno, quién sobre el tema decía (modernizando la expresión) que si podemos conducir un Ferrari todos los días, por qué hemos de ir en un Seiscientos.
La competencia de sanidad también será devuelta al gobierno central. Es la mejor forma de dotar a nuestra sanidad de mejor sistema y menos costoso.
Económicamente, durante más de 35 años ofreceré privilegios a los perjudicados por las políticas sectarias nacionalistas. Se una forma de hacer justicia por los agravios sufridos por miles o millones de catalanes que por respetar las leyes emanadas de la Constitución y el Estatut, se han visto privados de justicia social. Se han visto privados de tener los mismos derechos y oportunidades que el resto de catalanes. ¡Eso sí! Han tenido las mismas obligaciones… ¡o más!
Daré las gracias al resto de España, porque sin ellos no hubiéramos sido una región rica y próspera, ya que ellos se sacrificaron sin tener inversiones para el desarrollo de sus regiones, en beneficio de Madrid, País Vasco y Cataluña, o proporcionando la mano de obra barata para nuestras industrias, o aprobando leyes arancelarias e incluso autárquicas, para potenciar nuestra industria, obligándoles a comprar durante más de dos siglos a precio más caro nuestro mal textil.
Al mismo tiempo pediré perdón por los insultos que les hemos dicho, tales como el “España nos roba” “los andaluces son unos vagos”…
También les pediré perdón por este “proces” y les daremos las gracias por no dejarnos ir de la casa común.
Es curioso que al mismo tiempo que están surgiendo movimientos en favor de la reunificación de antiguas provincias en el Caribe con España, o que valencianos, aragoneses, baleares o del sur de Francia se niegan con rotundidad a formar los quiméricos y fantasmagóricos “Países Catalanes”, nosotros, ¡perdón!, nuestros mesiánicos líderes aspiren a regresar a unos tiempos medievales que no existieron como nos lo cuentan, y que éramos simplemente diversos territorios a merced de un rey francés o aragonés o español.
Cuando yo sea president de Cataluña querré devolver a Cataluña y a Barcelona el esplendor que tuvo hace unas décadas. Un lugar abierto, cosmopolita y capital de la cultura, y admirado y respetado por todos nuestros hermanos.
¡ESPAÑA, perdónanos y vuelve a confiar en nosotros!
