Un ruso da una lección a los curas nacionalistas
VLADIMIR SOLOVIEV EXPLICA POR QUÉ EL NACIONALISMO ES ANTICRISTIANO Y ACABARÁ DESTRUYENDO CATALUÑA.
En Dolça Catalunya nos gusta profundizar en la naturaleza ideológica del nacionalismo. Hemos repetido muchas veces 2 ideas fundamentales: que es imprescindible distinguir nacionalismo de patriotismo, y que el primero es una idolatría. No nos lo inventamos.
Soloviev era hijo del rector de la Universidad de Moscú. Ortodoxo, en la adolescencia leyó a los idealistas alemanes y se hizo ateo. La sequedad del ateísmo le duró poco y regresó a la fe de su niñez; desde entonces una de sus preocupaciones fue facilitar la unidad de la Iglesia. Viajó por Europa y recorrió algunos países de Oriente. De vuelta a Rusia se enfrentó a la nueva eslavofilia, una degeneración nacionalista del patriotismo ruso; nadie le igualó en puntería y profundidad.
Dostoyevski admiraba al joven Vladimir y se inspiró en él para su seráfico personaje de Aliosha en Los hermanos Karamázov. En realidad, las ideas que viajaban en las novelas de Dostoyevski eran las que formulaba el joven filósofo. Entre ellas, las que recoge en su libro La idea rusa, que nos ayudan a entender lo que pasa en Cataluña:
- El nacionalismo es anticristiano, por egoísta e idólatra:
“Si la discordia histórica se convierte en ideal (…); si el sentimiento nacional se presenta sólo bajo forma de egoísmo nacional, entonces sin ninguna duda, es la negación del cristianismo universal y la vuelta al particularismo pagano y veterotestamentario. Y si este egoísmo nacional triunfa conceptualmente en la humanidad, la historia universal no tiene sentido y en vano apareció el cristianismo en el mundo.(…)
Si un pueblo sólo vive para sí y en nombre de sí mismo, si sólo se sirve a sí mismo, entonces (…) será culpable de egoísmo nacional, de traición al Dios cristiano. Deificando la propia nacionalidad, convirtiendo el patriotismo en religión, no podemos servir a Dios, asesinado en nombre del patriotismo. Si en lugar de la idea suprema se coloca la nacionalidad, ¿qué lugar le corresponderá a la verdad cristiana universal?”.
- El nacionalismo destruye a la nación idolatrada:
“La autoconciencia nacional es un gran asunto; pero cuando la autoconciencia del pueblo se convierte en autosuficiencia, y la autosuficiencia llega a la autolatría, su la conclusión natural es la autodestrucción: la fábula de Narciso no sólo instruye a los individuos, sino también a los pueblos”.
Potser als mossens del front nacionalista els agradarà meditar-hi.
Dolça i narcissitzada Catalunya…