Generación 2010: Regeneración política y social
Un siglo después de la eclosión de la Generación del 98, en plena crisis económica y social de finales del siglo XIX, el regeneracionismo vuelve a ponerse como punta de lanza para salir de este atolladero social-político-económico en el que estamos actualmente inmiscuidos.
Esa culta Generación del 98 iniciada por Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y Azorín, y secundada por una importante lista de grandes nombres y hombres críticos, rebeldes y pesimistas, supo darse cuenta de los peligros en los que estaba sumergiéndose peligrosamente la sociedad de su tiempo.
Se trató de una generación nacida fruto del final del imperio español, de la pérdida de las últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas; que vivió unos tiempos en los que se distinguía claramente entre una España real y otra España oficial falsa y aparente.
Cien años después parecemos abocados a pasar por una parecida experiencia.
Vivimos unos tiempos en los que entre los problemas importantes que padecemos, el económico, siendo importante y dramático, pasa a un tercer lugar. Más preocupantes son el político y el social. No sabemos quiénes somos ni a donde vamos como colectividad. Hemos perdido los principios y los valores. Siendo ésta la verdadera raíz del resto de nuestros problemas.
Es necesaria una nueva Generación, la “Generación del 2010”, crítica, rebelde y pesimista como lo fue la del 98, que ponga los cimientos para una regeneración política y social que abra un abanico de ilusiones y esperanzas a un pueblo históricamente glorioso por numerosas individualidades, pero colectivamente miserable, ignorante y acomplejado, como hemos sido siempre.