"Quienes destruyeron la legalidad republicana fue, precisamente, el Frente Popular”
Pregunta (P): Su tesis más polémica y controvertida es que la Guerra Civil no comenzó el 18 de julio de 1936 con el llamado Alzamiento Nacional sino con la Revolución de Asturias de octubre de 1934. ¿Qué razones le llevan a sostener esta tesis?
Respuesta (R): No fue una “Revolución de Asturias”, sino que fue planteada como guerra civil explícitamente por el PSOE, e indirectamente por la Esquerra Republicana de Cataluña. Hubo muertos y destrucciones en 26 provincias. En Asturias fue donde tuvo carácter de auténtica guerra durante dos semanas. En el resto del país fue dominada con bastante facilidad, ante todo porque la población se mantuvo, muy mayoritariamente, al lado de la legalidad. En el movimiento colaboraron, además, los anarquistas, salvo en Cataluña, y los comunistas, mientras que los republicanos de izquierda lo apoyaron rompiendo públicamente con el gobierno de derecha. El cual, frente al asalto general de las izquierdas y separatistas catalanes, defendió y mantuvo la legalidad republicana, pese a que le había sido impuesta sin consenso. Naturalmente, al ser derrotada, la insurrección pudo quedar como un hecho aislado y sin posteriores consecuencias. Pero no fue así. Las izquierdas, en general, mantuvieron una política muy radical, y después de las elecciones fraudulentas del 16 de febrero de 1936, desataron un proceso revolucionario muy violento que acabó de destruir la legalidad. Ante ello, las derechas que había defendido en 1934 la república, debieron optar por aceptar pasivamente su propia liquidación, o rebelarse. Finalmente se rebelaron, en muy malas condiciones iniciales. Por eso en 18 de julio de 1936 lo que ocurrió en verdad fue una reanudación de la guerra civil intentada, y en Asturias lograda momentáneamente, por las izquierdas. Como dijo Gerald Brenan, la revolución del 34 fue la primera batalla de la guerra civil. Debe entenderse que en todas las sociedades existen intereses, ideas, aspiraciones y sentimientos muy distintos, y que el único modo de mantener un equilibrio entre ellos, de modo que no degeneren en conflictos violentos, es la ley. Lo que ocurrió en octubre de 1934 fue un asalto general a la ley, a la república del 14 de abril, y lo que ocurrió en las elecciones de 1936 y a continuación, fue la destrucción sistemática de la ley republicana por el Frente Popular. Que a este se le siga llamando “republicano” no deja de ser un sarcasmo.
Continuará